En las últimas décadas el mundo ha venido experimentando un acelerado proceso de crecimiento de la población como resultado de políticas públicas sobre la natalidad y principalmente por los avances en la medicina y el control de enfermedades infecciosas, lo que a su vez ha provocado un aumento en los indicadores de esperanza de vida y el envejecimiento poblacional. Este fenómeno representa uno de los más importantes desafíos para el estado moderno, pues cada día el número de personas que entran en cesantía laboral por motivo de la edad, va en incremento, desencadenando una serie de consecuencias que requieren atención especial para aminorar el impacto de las crisis sociales, económicas y culturales.